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JUL
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Honrar a tus Maestros
Cada uno de nosotros hemos tenido diversos maestros en nuestra vida, ya sea en alguna institución como la escuela, la universidad, en algún curso, etc. Incluso en la vida, nuestros padres, han sido los primeros maestros y de ahí, le siguen: hermanos, familia, amigos, sociedad en general, pasamos a la pareja y también a los hijos.
Algunas veces nos topamos con grandes “MAESTROS”, personas que llegan a nuestra vida para darnos esas hermosas lecciones de aprendizaje, y otras no tan hermosas, pero aun así nos enseñan.
Hoy, quiero hablar de esos maestros elegidos, esas personas que de manera intencional nos comparten sus conocimientos. He tenido la gran fortuna de tener maestros bellísimos, que me han nutrido en todos los sentidos, tanto en aprendizaje, como en el alma. Es importante hacer notar que, a través de todos ellos, al día de hoy, tengo el privilegio de acompañar a personas en su proceso de sanación.
Voy a comenzar por mis bellísimos maestros Paul y Cathy Scott. Cuando estuve en la noche más oscura de mi alma, mi cuerpo decidió hablar por mí y detenerme de todo aquello que estaba haciendo, así fue como llegué a la sala de emergencias del hospital para tener una cirugía, que de no haber llegado en ese momento, el día de hoy no podría estar compartiéndoles esta historia.
Mi cuerpo quedó muy mal, adolorido y tomaba tiempo la recuperación, fue entonces que el universo me llevó con Cathy y Paul, ellos tenían un grupo de «quantum touch», desde ese primer momento, sin saber a dónde iba, porque una amiga me invitó, tuve mi primer encuentro con esta bellísima técnica; al poco tiempo, ellos se convirtieron en mis “maestros”, pues en mi afán de sanar y así mi cuerpo pudiera regresar a la normalidad para poder moverme y trabajar, tomé un sinfín de cursos y certificaciones con ellos. Hoy tengo la certificación de «Quantum Touch Healer» y ¡Wow! sí que funcionó; mi cuerpo se recuperó de una manera increíble (hasta ese momento, para mí era increíble el pensar que solo con la intención y la imposición de manos, pasáramos esa energía de sanación).
Y así, el universo, quiso que llegara a mi vida otra “maestra” maravillosa Teza Sialcita, todo sin buscarlo, como un evento fractal, otra amiga me invita a un círculo de meditación y ¡Boom! Ahí conocí a Teza ¡Aprendí a acceder a mis «registros akáshicos», a mis vidas pasadas, a mi misión de vida! Teza, se convirtió en un gran mentor para mí, de ella, no tan solo aprendí los registros akáshicos; sino el cómo, cuando eres un trabajador de luz o sanador, es importante motivar a otras personas a hacerlo ¡A identificar sus dones!, Ella identificó el mio. Recuerdo muy bien que fue una tarde de primavera, al término de uno de sus círculos de meditación me dijo: «Chio, tú estás lista para ayudar y compartir con los demás tus dones de sanadora», en ese momento mi “yo merezco” aún estaba muy limitado y pensé ¿Yo? ¿Cómo? ¡Si vengo de casi salir de una situación de devastación! Sin embargo ¡Ahí fue donde nació mi espíritu de terapeuta! ¡Teza, gracias gracias gracias!
Y comienzo a acompañar a bellísimas personas, una vez estando sanada física y emocionalmente, en ese momento inmersa en mi apetito de aprender más y más, para poder continuar acompañando a más personas en este proceso, aparece en mi vida mi gran “amigo y maestro” Miguel Ángel Gutiérrez, él radica en México, pero, gracias a ese constante afán de caminar por el mundo, Miguel llega a Vancouver y “alguien” (de verdad no recuerdo quién), me invita a una plática que daría un chico respecto a la autoestima; así que, mi espíritu de alumna me lleva ahí y ¡Boom!, ese fue mi primer encuentro con Miguel, ¡Quedé fascinada con su clase! Desde ese momento, decidí que seríamos amigos y al ser él, amigo de otro gran amigo mío, el decreto se dio, hoy no tan solo es mi amigo; sino mi gran maestro, de él he aprendido muchas cosas; puedo decir que, me certificó con la técnica de «Biokinet» (es un compendio entre: kinesiología, bioneuroemoción, PNL, entre otras más), a la fecha, me doy la oportunidad de tomar al menos tres talleres al año con él; ya que, en cada uno de ellos, encuentro conocimientos nuevos para mí y mis consultantes. ¡Gracias amigo, maestro y ahora colega!
Y de pronto, llega la bendita pandemia. Al principio, no te lo voy a negar, también tuve miedo; sin embargo, entre mis contactos tenía a un maravilloso terapeuta Fernando Bernal, a quien ya había hecho algunas consultas anteriores, él es el descubridor de la «kinesiología cuántica» (a distancia), entre muchas otras cosas. Fernando, es un verdadero “Libro Humano” ¡Lleno de amor, sabiduría y siempre dispuesto a compartir!, él radica en España. De no haber sido por la pandemia, quizás hasta el día de hoy no hubiese podido certificarme; ya que, debido a que todo se cerró (como tú ya lo sabes), Fernando y su equipo dan una certificación en línea respecto a «Remedios Florales Cuánticos» ¡Wow! Lo pude tomar y certificarme! Al día de hoy, Fernando es otro de mis grandes amigos, maestros y ahora colega, me ha enseñado no tan solo ese gran conocimiento, sino también a recordarme esa parte humana, esa parte de dar, esa parte de ser empático con los demás a través de sus propios actos, y sobre todo, a confiar en mi propia capacidad de poder hacerlo. Así que ¡Fernando, gracias! Porque gracias a él hoy mis consultas van más allá de la hora en mi consultorio ¡Siempre disponible para mis consultantes! ¡Gracias amigo, maestro y ahora colega!
Una cosa siempre nos lleva a otra, y a través de Fernando, llega a mi vida otra gran “maestra” Mari Carmen Rivera Santiago ¡Biogeometría Sagrada! Yo conocía los símbolos de la «geometría sagrada», ya sabes, el árbol de la vida, el «merkabá», el «cubo metatrón»; pero nunca a profundidad como hoy. Y, todo gracias a que una vez más ¡Bendita pandemia! Hizo que mi querida Mari Carmen, se animara a dar su curso de “Biogeometría Sagrada” en línea y claro, ¡Ahí estaba yo!
¡Wow! ¡Wow! Que hermoso aprendizaje es, que esos símbolos van más allá de estar de moda, son símbolos como su nombre lo dice, sagrados y milenarios, que tienen un efecto maravilloso en cualquier ser viviente. Hoy te quiero comentar que la biogeometría sagrada es mi día a día, herramienta de acompañamiento y que gracias a que Mari Carmen comparte de manera abierta todos sus conocimientos, hoy lo puedo hacer ¡Gracias gracias gracias, bellísima maestra y ahora también colega!
Por último, sin ser de menor importancia, está una bellísima persona que me acompañó en mi proceso de sanación y que se convirtió en mi “maestra”, amiga y colega, Laurinda Hernández. A pesar de que yo no he tomado cursos con “Lau” (así de cariño); todas esas horas de su acompañamiento en mi proceso, hicieron efecto y esos conocimientos trasmitidos que hoy puedo decir los implementé, me ayudan también a poder acompañar a otros seres. Pero quizás, lo más hermoso que Lau me ha enseñado es que, «No existe competencia», a pesar de que hoy en día ambas acompañamos a personas en su sanación (ahora con diferentes técnicas) y de estar en la misma ciudad ¡Puedo percibir la auténtica felicidad que Lau siente por mis logros! Me enseñó que desde el ser maestro, puedes ver cómo alguien llega a tu nivel, gracias a que tú pusiste uno de tus granos de arena en esa persona. ¡Lau, gracias gracias gracias! Te quiero muchísimo.
Hoy, que doy acompañamiento, talleres y cursos agradezco a todos estos bellísimos maestros que dejaron huella en mí, que abiertamente y con amor, compartieron sus conocimientos conmigo, que llegaron a mi vida para cambiarla, y que, a través de mí, sus conocimientos siguen y seguirán compartiéndose.
Honrar a tus maestros, es honrarte a ti misma y a ti mismo, es apreciar desde dónde aprendiste y reconocer lo mucho que has crecido.
¡GRACIAS GRACIAS GRACIAS!
Acerca del Autor
cHIO mURILLO
Comencé hace más de 6 años por sanarme a mi misma y de ahí llegaron a mi vida una tras otra diferentes técnicas de sanación.
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